La Parálisis cerebral de las mujeres y el Poder de los Hombres

Yo os digo amigos y compañeros:

La Verdad que alumbró mi vida desde aquel maravilloso momento abrió mis ojos por completo, fue tal mi consciencia que casi revientan y saltan de mis cuencas oculares en el momento de sentir que todo tenía un sentido. Mi vida y mi destino ya habían llegado a una conclusión. Mi corazón latía con la fuerza de quien ha sobrevivido ante la caída de un precipicio y volvía a nacer, sin ninguna herida e infinitamente más fuerte, de nuevo.

Experimentando en mi interior aquellas primeras palpitaciones de vida comprendí que no soy más digno que el último ser humano de este planeta, que por eso mismo puedo satisfacer todo aquello que deseo. Sin Miedo. La mayoría de vosotros no lucháis contra ese miedo idiota y torpe a conseguir lo que queréis, aparecen multitud de sentimientos de culpabilidad y traumas internos. Leeros, sois ridículos quejándoos continuamente de vuestros fracasos originados por la pasividad de vuestras personalidades. No sois vampiros, moriréis viejos y jodidos por haber perdido tanto tiempo estúpidamente. Yo sé cuál es el camino.

Salgo y entro en la vida de tantos humanos tan fácil como intensamente. Sobrevaloráis, equiparándolo a lo divino, las relaciones que mantenéis con las mujeres. ¿Con qué gente creéis que estáis tratando? Son humanos, en su mayoría, inclinados grotescamente al razonamiento infantil, sesgados por sus instintos más primarios, sólo esperan que sean otros quienes piensen por ellos, quienes actúen para ofrecerles una mejor calidad vida, aportando emociones a sus tristes y aburridas vidas. Una mujer no sabe qué quiere porque en realidad no está capacitada intelectualmente para responder a esa elemental cuestión. Muchas ni siquiera se la han planteado.

Viven en la ingenuidad toda su vida. Ellas son humanos muy influenciables, con poca facultad de decisión, y con una opinión irrisoriamente coherente, fácilmente manipulables por individuos que SÍ saben lo que quieren. Os asustaríais si supiérais el Poder que podéis demostrar ante ellas.

Si ya sabe qué quiere usted en verdad, no intente convencernos de que son así o de tal tipo, sé coherente con sus necesidades y haga todo lo posible para plasmar soluciones a sus problemas, el problema lo tiene usted, no ellas.

2 comentarios:

  1. Una mujer no sabe qué quiere porque en realidad no está capacitada intelectualmente para responder a esa elemental cuestión.

    vaya! ya sé cual es mi problema, mi limitación, si es así, dejaré de comerme el coco...
    claro, claro, influenciable hasta la medula

    Tiene toda la razón del mundo, un saludo Doctormente!

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  2. Es usted un espécimen repetitivo, aunque no curioso al menos para mí. Sexualmente hablando.

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